La Janukiá es un candelabro de 8 brazos, con un brazo más para poner la “llama testigo”, llamada en hebreo Shamash.
Los 8 brazos de la Janukiá deben estar a una misma distancia-altura, y el Shamash debe estar diferenciado.
La Mitzvá (precepto) recae sobre las velas principales. Lo importante no es el candelabro/Janukiá, sino las luces de Janucá.
Acomoda velas según corresponda a la cantidad de días de la festividad, y de ese modo, también disfrutar de la luz de Januca sin limitaciones (ni excusas)
Siguiendo el precepto, no se puede tener provecho/utilizar la luz de las velas de Janucá, salvo la luz del Shamash, para encender las otras velas. Sólo hay que disfrutar de verlas encendidas, recordar los milagros de la festividad y mostrar nuestra alegría.