La Reina Esther, en realidad, tenía otro nombre: Hadasa.
Esther significa «ocultación», que puede referir a que Esther tuvo que ocultar por cierto tiempo su identidad, hasta que pudo revelarla. Así figura en el texto de la Meguilá (2:20): “Tampoco reveló Esther su procedencia ni su pueblo…”.
El nombre Hadasa tiene una connotación muy distinguida, ya que Hadas (mirto) es como son llamadas por el texto bíblico las personas justas (Zejariá 1:8 – Talmud Meguilá 13a), ya que estas personas poseen un “aroma agradable” como la planta del mirto.