Comienza el domingo 25 de septiembre a la tarde y se extiende hasta la noche del martes 27

La “trampa” que hay que evitar

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Si bien los diez días que hay entre Rosh Hashaná y lom Kipur son posiblemente los más conocidos del calendario hebreo, este hecho nos puede llevar a una trampa. El eje ideológico principal de estos diez días es la posibilidad de cambio para bien, lo que llamamos «Teshuvá».

El concepto parece obvio pero para nada lo es. Mucha gente, sobre todo en edades de madurez cree que ya no cambiará más. Sin embargo, nuestra tradición nos indica que siempre están abiertas las puertas del cambio para bien, aunque sea difícil.

¿Cuál es entonces la trampa? Creer que el cambio se reserva para un solo momento del año. Rosh Hashaná y lom Kipur son sólo una especie de recuerdo anual, un reloj despertador simbolizado por el shofar, que la implementación del cambio se debe efectuar de manera permanente.

El que piensa en esta idea sólo en los Iamim Noraim les está atribuyendo a estos días cierto contenido mágico, como quien cree que puede prepararse para un examen importante sólo un instante antes del examen. Además, conocemos a muchos integrantes de nuestra comunidad que expresan su identidad judía en estos días de manera casi exclusiva. Al igual que la idea de Teshuvá, no hay nada más alejado de esto en las intenciones de nuestras fuentes. Estos días deben recordarnos que la identidad judía debe expresarse como una práctica constante sin diferenciación de tiempos y espacios.

Los Iamim Noraim son un impulso renovador que debemos aprovechar para celebrar el misterio de la vida. En las diferentes tefilot (oraciones) de las que participaremos, prestemos especial atención que no es la intención de los shlijei tzibur (oficiantes) ofrecer una demostración de canto, ni deber del rabino hacernos emocionar por un momento con sus palabras y atraparnos con su carisma, sino que ellos son nuestros enviados que tienen como deber crear un clima de introspección, brindándonos material para poder concretar esa difícil tarea que es la teshuvá.

No vayamos a buscar un «servicio» religioso, sino a participar activamente del acontecimiento de renovación individual y comunitaria.

Rabino Ari Burstein